Anécdota de nuestro paso por Lisboa.
En Lisboa, Portugal es donde comienza nuestra aventura. Lugar que nos re sorprendió, habíamos tenido variadas opiniones del lugar buenas y malas. La realidad es que, cuando llegamos, nos agarró por sorpresa lo lindo que era todo. Las callecitas coloridas, los riquisimos pasteis do belem, y lo barato que es!
De lo que recorrimos de Europa (esto teniendo encuenta que Europa del este es aún mas barato), fue lo mas barato que encontramos! Si querés saber qué podés hacer en Lisboa, te dejamos acá lo que escribimos.
EL HOSTEL
Lo que sí nos dejó marcados en nuestra estadía fue sin duda nuestro hostel (mentira, los paisajes y lugares de Lisboa son increíbles, pero le tenemos que meter pimienta!): a primera vista estaba bárbaro, los problemas fueron dos: uno era que había 1 solo baño para más o menos 10 personas.
Las mañanas eran sin duda complicadas, haciendo fila, cuando adelante te toca una, que se pone a hablar por telefono ADENTRO DEL BAÑO. Señora, báñese, salga y después hablá!!! (ataque de ira total).
Después, en nuestro cuarto la privacidad sobresalía: teníamos una pequeña ventanita que conectaba con el cuarto de al lado. En su defensa, estaban bastante alta la ventana, y para poder mirar tenias que subirte arriba de un banquito… No es que lo hayamos hecho.. o si?, ajjaja no definitivamente, no lo hicimos, quedense tranquilos.
Pero de todas formas, nos daba un perfecto espectáculo de los divertimentos nocturnos de la parejita de al lado, y sobre todo los enojos, cuando un día dejó de salir agua caliente de la ducha, y el español decidió compartir todos los insultos e improperios que habia aprendido a lo largo de su vida todo eso en español de España que le dio un plus de gracioso para nosotros!
Que aprendimos: Joaco aprendió que roza lo insoportable tener que estar escuchando a alguien insultar durante tanto tiempo!!! y yo aprendí que en un viaje de este estilo, esperar privacidad, es una ilusión poco probable de cumplir.
Saludos y nos vemos en la proxima aventura!
1 comentario en «Entre 4 paredes, o más»
que lindo que Joaco haya estado “del otro lado” de un pibe calenton por pavadas cotidianas!!!! jajajaja, ya solo por eso, vale la pena, que no lo vea por un año!!! Lo mejor en este viaje. Besos